Que no madre de alquiler, pues lo que se alquila no es la madre, sino su tripa. Como oyen. En Estados Unidos, como no, algunas embarazadas se costean su embarazo y su parto alquilando su vientre cual valla publicitaria.
El contrato publicitario incluye, además de la publicidad en la tripa, la grabación en vídeo del momento del parto y el posterior uso que la empresa quiera hacer de él. Así ocurrió con Asia Francis, una joven que tuvo dos espónsores: un casino online durante dos meses, y un "hosting" de internet hasta el momento mismo del parto, el cual será difundido por internet. La madre está como unas castañuelas y dice que su hija "estará orgullosa en el futuro. Qué mejor manera de hacer saber al mundo lo contentos que estamos compartiéndolo con Globat.com". Empresa ésta que le pagó 1000 dólares.
22 marzo 2006
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