15 mayo 2006

Situaciones curiosas en las consultas de Urgencias

EL doctor Nicolás Fajardo Castro abandonó el servicio de Urgencias del hospital Materno Infantil de Granada en 2004. La jubilación le permitió editar un anecdotario que recoge las situaciones más curiosas de 14 años en esta unidad. Tras esto queda claro que no todo es dolor.

En una ocasión, al no encontrarle nada a una niña, el médico dijo que le pusieran en el diagnóstico «Consulta porque le huelen los sobacos».

En otro caso :Señora, ¿cómo se llama su nieta?
Pues espere usted, porque no me acuerdo.
¿Cómo que no se acuerda?
Pues no, no me acuerdo, se lo puso mi hijo y no me acuerdo. Pregunte a mi marido.
Noemí, dijo el marido de la señora. Y dijo la abuela: «Anda, y yo me he tirado toda la semana llamándola, Nuevemil».

En otro caso, llamó un padre por teléfono muy preocupado por la tardanza de su familia. Se le explicó que su hijo estaba en observación esperando una analítica y que no se preocupara. Contestó el padre: «No, si por eso no es, es para que le digan a mi mujer que a qué hora tengo que apagar la olla expréss».

Otro día, el médico preguntó a una señora:
¿Qué le pasa a su hijo?
Pues que cuando le damos un guantazo, le queda un dolor de cabeza todo el día.

O aquel durante la feria del Corpus, en el que llegó una madre con su hijo de pocas semanas y le dice al médico: Es que tiene vómitos.
No pasa nada, le dais líquidos a sorbitos y...
También tiene diarrea.
No se preocupe, le ponemos a dieta y...
Y tiene muchos mocos.
Le hacen lavado con suero y...
Mire usted doctor, la verdad es que, lo que pasa es que mi niño es muy feo. No me lo podría ingresar para ver por qué es tan feo o hacerle algunas pruebas.

En otra ocasión, un padre decía que le faltaban veinte duros que tenía dentro del coche y que le hicieran una radiografía a su hijo por si se los había tragado. Da negativo. «¡Vaya, pues entonces seguiremos buscando debajo de la esterilla!», exclamó.

No menos curiosa es la situación en la que un radiólogo le preguntó a un chaval su edad y respondió: «Tres años (medía 1,30 centímetros y pesaba 25 kilos)». El radiólogo, sorprendido, miró a la madre y ésta respondió: «Es para no pagar el autobús».

Este libro debe ser de lo mejor en humor del tipo "Aquí no hay quien viva","Aída"y series así. Uno siempre piensa que sus padres son raros en ciertas ocasiones.Después de esto,no me quejo nada ;p jajaj

3 comentarios:

Dexter dijo...

La verdad es que parecen situaciones sacadas de Los Simpsons jajaja!

Aunque anécdotas de estas siempre pasan en todos los sitios, creo que es insuperable la de "bueno, si mi hijo no se tragó la moneda, miraré debajo dela esterilla!"

Jeje la leche! :D

Dexter dijo...

Mi favorita es la de la edad...para no pagar el bus :P
Pobre criatura,hasta el mismo creía que tenía 3 años.

Paques Infantiles Entretenium dijo...

jeje
anda anda, que no se le va la cabeza a la gente, jaja.