El 6 de mayo de 1998, ETA asesinó de dos tiros en la cabeza al concejal de UPN en Pamplona Tomás Caballero. El mismo día, De Juana, que no pudo esperar 24 horas para descargar su odio, dirigía una instancia al subdirector de la cárcel. El asesino en serie se autoproclamaba en el apartado destinado a «datos personales del interno» como «preso político vasco».
El «menú» del terrorista
«Con motivo de la jubilación forzoza del franquista antivasco Tomás Caballlero Pastor y como celebración extraordinaria, solicito se me proporcione por demandadero: una botella de champán (francés) -por aquellas fechas ETA hacía llamamientos a sus simpatizantes para que boicotearan los productos del vecino país-, una tarta y un kilo de langostinos». Así se expresaba el miserable, que ahora, en cambio, ha pretendido despertar sensibilidades y razones humanitarias con su huelga de hambre para regresar a casa.
En la instancia escribió también una indicación dirigida al funcionario que debía entregarla al subdirector: «Corre!, corre! vete a entregarle la instancia al periódico ABC, que yo estoy feliz». El pistolero del «comando Madrid» no quedaba satisfecho con profanar la memoria de sus víctimas. Quería que se supiera.
Instancia escrita por De Juana
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1 comentario:
En fin, qué decir que no se haya dicho ya... es que es algo tan obvio que sólo hay una postura racional al respecto. Lo demás es defender lo indefendible.
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